Relato de Vanesa Jalil / Ilustraciones de Julio Ibarra
“Esta historia que te vamos a contar es como un puchero imaginario. En la cacerola, mezclamos todos los ingredientes: algo de tristeza y dolor, pero también mucho de paciencia, valentía y coraje, más una pizca de creatividad, mucha fuerza y una esperanza que se desborda de la olla. Es que, como cualquier receta en casa, tiene un condimento secreto que hace diferente su sabor: el amor de abuela. Porque ustedes saben muy bien como son las abuelas: esos largos abrazos que parecen no terminarse nunca, esos besos ruidosos en los cachetes, esos aromas inconfundibles que salen de la cocina, esos cuentos que escuchamos en su voz cálida cuando nos vamos a dormir.
Esta también es una historia de abuelas. Una muy particular. La historia de unas abuelas que no se dejaron arrebatar la esperanza ni aún en los momentos más complicados. Unas abuelas que buscaron (y buscan hasta hoy) a sus nietitos arrebatados por la dictadura, pero que por el camino se encontraron a ellas como mujeres protagonistas, y cambiaron para siempre a todo un país. La lucha de las abuelas hoy es nuestra lucha, la lucha de todos…