Relato de Vanesa Jalil con ilustraciones de Julio Ibarra.
Contar una historia no es tan difícil como parece… pero contarla bien, hacer que quienes escuchan permanezcan atentos, lograr que el relato haga su camino desde el inicio hasta el desenlace a través de una trama interesante, eso ya no es tan sencillo. Hoy tenemos ganas de contarte la historia de un escritor que sabía contar muy bien. Lograba eso que sólo logran los grandes contadores: mantenerte atrapado por el relato, lograr que la pases muy bien durante la lectura y arrancarte una sonrisa de sorpresa en el final.
Ese talento tiene nuestro amigo, Julio Cortázar. Y es así, lo consideramos un amigo más, una presencia que siempre nos acompaña, desde muy chicos, en este camino en el que terminamos descubriendo la magia de la literatura. Sus cuentos nos abrieron la puerta de "lo fantástico", ese elemento extraño, raro, que no encaja, que surge en medio de un mundo aparentemente normal y que llega para cambiarlo todo. Después, lo buscamos siempre: en sus novelas, en sus opiniones políticas, en sus viajes por América Latina, en su defensa de la libertad de los más humildes.