Autor: Mercedes Pérez Saddi
Cómo que los fantasmas no existen! ¿quién dijo eso? Son invisibles a los ojos, de acuerdo, ¡pero hay tantas cosas que no podemos ver y sin embargo están ahí, girando alrededor nuestro! El finado Higinio Curucheta es uno de esos espantajos que vuelve a la pensión de doña Esperanza con la ilusión de ver nuevamente a María, su viejo y querido amor. Regresa justo para la época del carnaval, pero no lo hace solo, sino en compañía de una corte de espectros… y sus respectivas manías. Ahí están Clara con sus ansias de estrellato, Maluco el ladrón, Domingo Cocha el tosedor…
¿Y para qué semejante viaje?, se preguntarán ustedes. ¡Ah!, es que Higinio tiene un propósito bien definido: terminar una obra que su muerte dejó inconclusa y descansar así, después de tantos desvelos